lunes, 20 de junio de 2011

Independiente.

¡Oh, mis pobrecitos pies! Me pregunto quién os pondrá ahora vuestros zapatos y vuestros calcetines. Seguro que yo no podré hacerlo. Voy a estar demasiado lejos para ocuparme personalmente de vosotros. Tendréis que arreglároslas como podais. Pero voy a tener que ser amable con ellos, o, a lo mejor, no querrán llevarme en la dirección en que yo quiera ir. Veamos. Les regalaré un par de zapatos nuevos todas las Navidades.Tendrán que ir por correo. Y qué gracioso será esto de mandarse regalos a los propios pies. Y qué chocante va a resultar la dirección.